Venecia - Italia
- Majo y Alvaro
- 14 mar 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 mar 2018
Dicen que, si vas en góndola y pasás por debajo del Puente de los Suspiros, uno de los más famosos de Venecia, darte un beso con tu pareja asegura amor eterno.
Sin embargo, el nombre del puente no tiene un origen para nada romántico.

Ubicación
Venecia se encuentra a orillas del Mar Adriático, al noreste de Italia.
Desde Roma se llega en auto en unas 6 o 7 horas, tren en unas 3,5 horas, o avión en poco más de una hora.
Nosotros llegamos por tren. Es un viaje lindísimo y que te da tiempo para leer un poco sobre las cosas que podes hacer allí.
http://www.trenitalia.com/

Historia
La ciudad fue fundada en el año 421, cuando varios pueblos de Véneto se asentaron en el lugar desplazados por las invasiones bárbaras. Convencidos de que el agua detendría los ataques, Venecia se convirtió en un pequeño pueblo de cazadores y pescadores, que levantaron palafitos sobre el terreno pantanoso que poco a poco fueron convirtiendo en lo que es la Venecia actual, con sus grandes canales, puentes y edificios.
En el siglo VI Venecia fue conquistada por Justiniano quien añadió el territorio al Imperio Bizantino convirtiéndola en una de sus provincias. Venecia se convirtió en una zona importante para facilitar el comercio entre Occidente y Oriente.

En el año 697 se independizó, eligiendo a Paololucio Anafesto como el primer gobernador o Dux, cargo que en un principio fue hereditario pero que luego pasaría a ser electivo.
Después de su independencia, Venecia comenzó a expandir su poder comercial con Alejandría y Constantinopla transportando productos como esclavos, madera, especias, sedas y metales.
A finales de la edad media, la ciudad se encontró en su máximo apogeo, con el surgimiento de su propia moneda de oro y controlando una buena parte del noreste de Italia. Sin embargo, debido a la caída de Constantinopla y al descubrimiento de América, sus influencias en la región se vieron sumamente disminuidas, siendo los turcos quienes se encargaron de tomar poco a poco cada una de las posesiones de la ciudad.
Durante el año 1576 una epidemia de peste negra azoto a la ciudad, acabando con al menos la tercera parte de su población.
A finales del siglo XVIII, el poder y la importancia de Venecia habían sido considerablemente disminuidos gracias a la serie de conflictos y guerras en Europa. En el año 1866 Venecia paso a formar parte del Reino de Italia.
Nuestra estadía en Venecia
Llegamos a la estación de Santa Lucía, después de un viaje de tres horas y media en un tren de alta velocidad, que obviamente se hizo corto. Desde la estación nos dirigimos al hotel que habíamos reservado en la misma Venecia y que quedaba a tres cuadras largas que hay que hacer caminando. Nosotros estábamos con valijas y no tuvimos mayor inconveniente en movernos con ellas. No así a la vuelta, ya que tuvimos que ir hasta Mestre para tomar un colectivo que nos llevaba a la empresa donde retirábamos el auto que alquilamos en el Aeropuerto. Hay que cruzar un puente alto y largo con escalones, y con las valijas, que, aunque tengan rueditas, se nos hizo complicado.

Una de las cosas que hay que hacer en Venecia más allá de las visitas obligadas a la Plaza San Marco, su basílica y el Palacio Ducal donde se puede visitar la prisión y pasar por el por el Puente de los Suspiros, es sentarse en la Plaza a la tardecita en algunos de sus bares a escuchar alguna de las orquestas y tomar un spritz. Es magia pura. Si tienen la suerte de que les toque la noche que nos tocó a nosotros, es perfecto. La luna iluminando todo, los vendedores ambulantes que vendían y probaban unas luces que se tiraban al cielo y bajaban iluminando como bichitos de luz, la música…. De verdad, mágico.

Nosotros seguimos un consejo que escuchamos por ahí sobre como visitar Venecia, y esto es perdiéndose en sus calles, en sus puentes, parando a comer en los puestitos que abundan y donde por poco dinero uno puede comerse un rico sándwich o una buena porción de pizza, sentado al costado de algún puentecito para no perder tiempo y seguir paseando. Tomarse un café de las tantas formas en que se ofrecen…..
Particularmente es una de las ciudades de Italia que más me gusta. Volvería sin pensarlo, siempre queda más por recorrer.
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